Descripción
El uso magistral de los símbolos y del lenguaje actual que hace Nick Flynn provoca que uno tenga la sensación de estar leyendo una poesía onírica, creada como en trance, ligeramente alucinada. En ese sentido, la obra está cercana al surrealismo, aunque no llega a caer en las exageraciones de algunas obras de este género. Por ejemplo, el uso de la simbología o de las imágenes oníricas no es ni banal ni gratuito, sino que está siempre puesto al servicio del poema y del libro. Además, la fragmentación es, en este caso, más un recurso para llenar el poemario de angustia, de cierta sensación de locura, que una cualidad del sueño.