Descripción
Los poemas de Huella de un Silencio conforman un único corpus porque corresponden a un único ser, aunque no siempre a un mismo estar, y porque existe un hilo conductor invisible que irremediablemente une a todos los poemas: una misma visión poética, una misma relación con ella tanto en el fondo (el encuentro) como en la forma (verso libre), salpicados al mismo tiempo por poemas en torno a la creación poética, esa mirada introspectiva al vórtice del milagro (Y vienes, Aromas, Trazas, Instrumento…)
Una búsqueda constante del amor, y el hallazgo del amor verdadero, infinito, conforman el otro gran nexo de unión del conjunto de la obra, reflejado de una manera serena, sublimada, dolorosamente desgarrada, melancólica, en una fusión permanente entre el pesimismo y el optimismo que impregnan la cosmovisión del amor diseccionándolo y buceando por sus entrañas, de una manera vívida e inexorablemente, vivida.
Y un sueño, o tantos como quepan en el alma, para saborear despacio (Recítame, Tan adentro,…), o para dejarse mecer por las palabras que de manera humilde e imperfecta encierran, como jaulas necesarias para atrapar la idea, la esencia misma del mundo, la poesía.